ANNA LLANSA
· Creativa ·
La inspiración existe, y a menudo pulula por aquí, concédeme unos minutos, y te contagio de ella.
¿Acumulas compulsivamente toda clase de por si acasos?. ¿Vives atrapada por el sufijo “ar”, diyear, reciclar, tunear, pintar, crear, imaginar…? ¿Buscas ideas frescas y diferentes?. O quizás, ¿necesitas Talleres presenciales para aprender y con muy buen rollo?.
¡Bienvenid@!, mi nombre es Anna, alias Doña Creatividad, encantada de saludarte.
Como apasionada de los DIY que soy, uno de los temas que encuentro más sorprendentes son los “Antes y Después”. Me fascina observar el estado inicial de un objeto, mueble…, y ver en qué puede llegar a convertirse, transformarse, reinvertarse, y esa fascinación también me la llevo al terreno personal.
¿Te gusta como a mí, fisgonear en la vida de los famosos ver fotos con su antes y después, leer sus biografías, y saber cómo llegaron a donde están?. Si la respuesta es afirmativa, estás de suerte, voy a empezar por contarte mi antes.
ANTES
“Muchas veces creemos que la vida nos dice “no” cuando solo nos dice “espera”.
De pequeña soñaba con ser muchas cosas, que si arqueóloga, psicóloga, profesora de educación física, bailarina…
Pero un sueño que prevalecía y fue una constante durante muchos años era ser ilustradora de cuentos infantiles. Y ocurrió que gané un premio de dibujo infantil, y claro pensé… ¡guay! Voy por buen camino, mi sueño se empieza a vislumbrar, ¡y qué va! nada más lejos.
Mis padres de mentalidad conservadora, rechazaron mi petición de estudiar Arte, para ellos artista, era sinónimo de bohemio=no se puede ganar uno la vida así=eso no es un trabajo, así que los estudios reglados de dibujante me fueron censurados, podía seguir dibujando como hobby todo lo que quisiera, pero mi deber era estudiar algo útil y práctico, para acabar trabajando en una buena empresa, a poder ser hasta la jubilación, y contar con la estabilidad y seguridad que da tener un sueldo fijo.
Igual mi sueño no era suficientemente poderoso, el caso es que no luché por él, lo enterré, y acaté como buena hija los deseos de mis progenitores.
«Por mucho tiempo fui todo lo que pude, ahora soy todo lo que quiero».
Y así fue como entré a trabajar en una multinacional, con contrato fijo, y un sueldazo. Qué vida más buena, ¿verdad?. Y sí, durante bastantes años lo fue, gracias a mi súper nómina, me casé, concebí dos de mis mejores creaciones, mis hijas Paula, y Joana,
y mi vida se convirtió en un triángulo de lo más común, y corriente: trabajo (nónima que cae puntual a fin de mes), niñas (el amor incondicional no tiene precio, y el tiempo para mi, ¿qué es eso?), y casa (qué fastidio me dan las tareas de maruja, facturas por pagar que emergen unas puntuales, y otras inesperadas, el qué comemos, la canción más repetida, idas y más venidas al super).
Entremedio de todo ese barullo de vida, descubrí que aquello de “en lo bueno y en lo malo, y hasta que la muerte nos separe” va a ser que no, que no estaba hecha yo de esa miga, y me divorcié.
Después de la ruptura el círculo siguió igual, trabajo, niñas, casa, aunque el hecho de estar sola con dos peques el ritmo se revolucionó un poco, muchísimo, y me volví correcaminos, corriendo todo el día como una loca para poder hacer juegos malabares con las horas y llegar a cumplir con todas mis responsabilidades.
“La enfermedad no es mala, te avisa que te estás equivocando de camino”
Entonces sucedió que mantener aquella vorágine de vida durante demasiados años seguidos al final me pasó factura, y de qué manera más salvaje, un día en mi ojo izquierdo apareció una densa niebla, por mucho que frotara, o echara colirio, aquello no escampaba. Volando me fui a urgencias.
El diagnóstico fue: Agujero Macular en la Retina (perdí un 60% de visión en ese ojo, no te asustes, al cabo de 6 meses la recuperé), el causante: el estrés, medicación a tomar: Una gran dosis de…tienes que cambiar tu ritmo de vida.
Así de borrosa y confusa estaba mi visión, tanto interna como externa.
Entre este susto, y que acababa de estrenar los temidos 40, me vi inmersa en una crisis existencial de caballo. Para descubrir cómo calmar y salir de esa agitación mental, me dio por empezar a devorar libros de crecimiento personal como una posesa. Fue un gran acierto y aprendizaje, porque volví a soñar, y mi voz interna con mis deseos y anhelos cada vez chillaba más alto y claro, ¡hazlo!, ¡lánzate!, ¡tírate de cabeza!.
“Todo lo bueno en la vida nace de un salto al vacío” Alan Moore
Al cabo de casi 2 años (y 20 en total en la compañía), lo hice, me lancé al vacío (metafóricamente hablando claro), y abandoné la empresa. ¿Se te ocurre al primer sitio que fui corriendo a apuntarme? Síiii, me matriculé en una escuela de arte, a la que asistí durante 3 años.
Fue durante mi asistencia allí que aprendí la técnica del transfer, me quedé abducida por aquel método, me parecía pura magia, y fue también durante el transcurso de ese período de tiempo que abrí mi primer blog, esto te lo cuento en primicia, jamás lo había contado antes, Poti-Poti de Colors se llamaba, y no lo leía ni el Tato, bueno sí, mi pareja, mi prima, y una gran amiga.
EL DESPUÉS
“Perder el norte no está mal, se descubren nuevas direcciones”
El 21 de mayo de 2014, abrí un nuevo blog (el actual), “De todo un poco”, y a partir de entonces me volví “blogaholic”, y cada vez estaba más enganchada, y loca por reciclar, y diyear. Había descubierto mi hábitat y mi gran pasión y motivación: imaginar, crear, compartir.
A raíz de mi exposición en el Salón Creativa 2015, y de la buena acogida que tuvieron mis trabajos por l@s visitantes, empezó a rondarme la idea de impartir talleres.
Como no tenía ni idea por dónde empezar me formé en un programa gratuito para emprendedores que ofrece el ayuntamiento de mi ciudad “Barcelona Activa”, y así se originó mi nuevo auto-empleo, blogger-diyer + talleres.
A día de hoy no dejo de formarme, ni de estar en constante evolución, tanto profesionalmente como personalmente, siempre hay algo que aprender, y algo que mejorar.
En mi nueva etapa no he logrado dejar de correr, como en mi vida de “antes”, solo que ahora cuando corro me siento libre y feliz de vivir la vida que quiero.
Nunca imaginé hacer un sobre mi tan extenso, pero me siento tan a gusto en este espacio blogueril, así entre tú y yo, que me ha salido una buena parrafada.
¡Ah! Y lo último que tenía ganas de contarte, y es sobre mi vida privada, si eres romántic@, o bueno un poco cotilla, seguro te gustará saberlo.
“Algún día alguien entrará en tu vida, y te dará a entender porque otros no se quedaron”.
Desde hace catorce años, comparto mi vida con Jan, y si te preguntas cómo apareció en mi camino, parece como de película. Lo conocí cuando entré a trabajar en la gran compañía, aquella del empleo indefinido. Durante 18 años, fuimos buenos compañeros de trabajo, pasando a ser buenos amigos, hasta que un día, así, sin previo aviso, la magia de la vida hizo de las suyas, y empezamos a transitar juntos por la senda del amor.
Jan a menudo aparece en mis posts, y aunque no lo veas siempre anda entre bambalinas. Su constante apoyo, colaboración, comprensión, tolerancia y gran aguante (todo hay que decirlo), hacen que encarar los vaivenes que puedan surgir, sean más livianos de sobrellevar.
“Para ser un ángel no hay que tener alas, solo hay que ser especial en la vida de otra persona”.
Espero que con todo lo que te he contado sobre mi, haya saciado tu curiosidad de quién está detrás de esta web.
Si quieres también puedes seguirme en Instagram, Pinterest, o TikTok.
¿En qué puedo ayudarte?
Si buscas inspiración para reciclar, e ideas frescas y creativas te invito a que fisgonees por mi blog, y te suscribas a mi newsletter, recibirás contenido inédito y exclusivo.
¿Te gustaría aprender conmigo, crear, idear o personalizar algún detalle o regalo? Escríbeme: hola@diydetodounpoco.com
Y si eres una empresa, marca, o organización ¿trabajamos juntos?.